1Después de que David terminó de hablar con Saúl, conoció a Jonatán, el hijo del rey. De inmediato se creó un vínculo entre ellos, pues Jonatán amó a David como a sí mismo.
5Todo lo que Saúl le pedía a David que hiciera, él lo hacía con éxito. Como resultado, Saúl lo hizo comandante sobre los hombres de guerra, un nombramiento que fue bien recibido tanto por el pueblo como por los oficiales de Saúl.
6Cuando el ejército de Israel regresaba triunfante después que David mató al filisteo, mujeres de todas las ciudades de Israel salieron para recibir al rey Saúl. Cantaron y danzaron de alegría con panderetas y címbalos.*18:6 El tipo de instrumentos representado por la palabra címbalos es incierto.
«Saúl mató a sus miles,
¡y David, a sus diez miles!».
8Esto hizo que Saúl se enojara mucho. «¿Qué es esto? —dijo—. Le dan crédito a David por diez miles y a mí solamente por miles. ¡Solo falta que lo hagan su rey!».
10Al día siguiente, un espíritu atormentador*18:10 O un espíritu maligno. de parte de Dios abrumó a Saúl, y comenzó a desvariar como un loco en su casa. David tocaba el arpa, tal como lo hacía cada día. Pero Saúl tenía una lanza en la mano,
12Después Saúl tenía miedo de David porque el Señor estaba con David pero se había apartado de él.
14David siguió teniendo éxito en todo lo que hacía porque el Señor estaba con él.
17Cierto día, Saúl le dijo a David:
—Estoy listo para darte a mi hija mayor, Merab, por esposa. Pero antes deberás demostrar que eres un guerrero de verdad al pelear las batallas del Señor.
Pues Saúl pensó: «Voy a enviar a David contra los filisteos y dejar que ellos lo maten, en vez de hacerlo yo mismo».
18—¿Quién soy yo, y quién es mi familia en Israel para que yo sea el yerno del rey? —exclamó David—. ¡La familia de mi padre no es nadie!
19Así que,*18:19 O Pero. cuando llegó el momento para que Saúl le diera su hija Merab en matrimonio a David, Saúl se la dio a Adriel, un hombre de Mehola.
20Mientras tanto, Mical, otra hija de Saúl, se había enamorado de David, y cuando Saúl se enteró se puso contento.
—Hoy tienes una segunda oportunidad para llegar a ser mi yerno.
22Después Saúl instruyó a sus siervos para que le dijeran a David: «El rey te aprecia mucho, al igual que nosotros. ¿Por qué no aceptas lo que el rey te ofrece y te conviertes en su yerno?».
23Cuando los hombres de Saúl le dijeron estas cosas a David, él respondió: «¿Cómo puede un hombre pobre y de familia humilde pagar la cantidad requerida para casarse con la hija de un rey?».
24Cuando los hombres de Saúl le informaron al rey,
26David estuvo encantado de aceptar la oferta. Antes de que se cumpliera la fecha límite,
28Cuando Saúl se dio cuenta de que el Señor estaba con David, y cuánto su hija Mical lo amaba,
30Cada vez que los comandantes filisteos atacaban, David tenía más éxito en contra de ellos que todos los demás oficiales de Saúl; por eso el nombre de David llegó a ser muy famoso.