1Entonces Samuel tomó un frasco de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Besó a Saúl y dijo: «Hago esto porque el Señor te ha designado para que gobiernes a Israel, su posesión más preciada.*10:1 La versión griega dice a Israel. Y gobernarás al pueblo del Señor y lo salvarás de sus enemigos que lo rodean. Esta será la señal para ti de que el Señor te ha designado para ser el líder de su posesión más preciada.
3»Cuando llegues al roble de Tabor, te encontrarás con tres hombres que van camino a Betel para adorar a Dios. Uno llevará tres cabritos, otro tendrá tres panes y el tercero un odre lleno de vino.
5»Cuando llegues a Guibeá de Dios,*10:5 En hebreo Guibeát-haelojím. donde está la guarnición de los filisteos, encontrarás a un grupo de profetas que desciende del lugar de adoración. Estarán tocando un arpa, una pandereta, una flauta y una lira, y estarán profetizando.
9Mientras Saúl se daba vuelta para irse, Dios le dio un nuevo corazón, y todas las señales de Samuel se cumplieron en ese día.
12Además, uno de los que estaban allí dijo: «¿Cualquiera puede convertirse en profeta, sin importar quien sea su padre?»*10:12 En hebreo dijo: «¿Quién es su padre?».. Este es el origen del dicho: «¿Hasta Saúl es profeta?».
13Cuando Saúl terminó de profetizar, subió al lugar de adoración.
14—¿Dónde han estado? —les preguntó el tío de Saúl a él y a su siervo.
—Estábamos buscando a las burras —le respondió Saúl—, pero no pudimos encontrarlas. Así que acudimos a Samuel para preguntarle dónde estaban.
15—¡Ah! ¿Y qué dijo? —le preguntó su tío.
16—Nos dijo que ya habían encontrado las burras —contestó Saúl.
Pero Saúl no le contó a su tío lo que Samuel había dicho acerca del reino.
17Después Samuel convocó a todo el pueblo de Israel para que se reuniera delante del Señor en Mizpa,
20Entonces Samuel reunió a todas las tribus de Israel delante del Señor, y por sorteo se eligió a la tribu de Benjamín.
—¿Dónde está?
Y el Señor contestó:
—Está escondido entre el equipaje.
23Así que lo encontraron y lo sacaron. Era tan alto que los demás apenas le llegaban al hombro.
24Luego Samuel dijo a todo el pueblo: «Este es el hombre que el Señor ha escogido como su rey. ¡No hay nadie como él en todo Israel!».
Y todo el pueblo gritó: «¡Viva el rey!».
25Después, Samuel le explicó al pueblo cuales eran los derechos y las obligaciones de un rey. Los escribió en un rollo y lo puso delante del Señor. Luego Samuel envió al pueblo a sus casas.
26Cuando Saúl regresó a su casa en Guibeá lo acompañó un grupo de hombres a quienes Dios les había tocado el corazón.
[Nahas, rey de los amonitas, había estado oprimiendo gravemente a los habitantes de Gad y de Rubén que vivían al oriente del río Jordán. Les sacó el ojo derecho a todos los israelitas que vivían allí, y no permitía que nadie viniera a rescatarlos. De hecho, de todos los israelitas que vivían al oriente del río Jordán, no había uno solo a quien Nahas no le hubiera sacado el ojo derecho. Pero había siete mil hombres que habían escapado de los amonitas y se habían establecido en Jabes de Galaad]*10:27 Este párrafo, que no está incluido en el texto masorético, se encuentra en los Rollos del mar Muerto: 4QSama..