1Al día siguiente,*2:1 En griego Al tercer día; ver 1:35, 43. se celebró una boda en la aldea de Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba presente,
—Se quedaron sin vino.
4—Apreciada mujer, ese no es nuestro problema —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi momento.
5Sin embargo, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga».
6Cerca de allí había seis tinajas de piedra, que se usaban para el lavado ceremonial de los judíos. Cada tinaja tenía una capacidad de entre setenta y cinco a ciento trece litros.*2:6 En griego 2 o 3 medidas [entre 20 y 30 galones].
9Cuando el maestro de ceremonias probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde provenía (aunque, por supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a llamar al novio.
11Esta señal milagrosa en Caná de Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria. Y sus discípulos creyeron en él.
12Después de la boda, se fue unos días a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos.
13Se acercaba la fecha de la celebración de la Pascua judía, así que Jesús fue a Jerusalén.
17Entonces sus discípulos recordaron la profecía de las Escrituras que dice: «El celo por la casa de Dios me consumirá»*2:17 O «La preocupación por la casa de Dios será mi ruina». Sal 69:9..
18Pero los líderes judíos exigieron:
—¿Qué estás haciendo? Si Dios te dio autoridad para hacer esto, muéstranos una señal milagrosa que lo compruebe.
19—De acuerdo —contestó Jesús—. Destruyan este templo y en tres días lo levantaré.
20—¡Qué dices! —exclamaron—. Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú puedes reconstruirlo en tres días?
21Pero cuando Jesús dijo «este templo», se refería a su propio cuerpo.
23Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él;