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Salmos 44:1-26, NTV

Salmo 44

Para el director del coro: salmo*44: título En hebreo masquil. Puede ser un término literario o musical. de los descendientes de Coré.

1Oh Dios, lo oímos con nuestros propios oídos;

nuestros antepasados nos han contado

de todo lo que hiciste en su época,

hace mucho tiempo atrás.

2Con tu poder expulsaste a las naciones paganas

y entregaste toda la tierra a nuestros antepasados.

Aplastaste a sus enemigos

y liberaste a nuestros antepasados.

3No fue con sus espadas que conquistaron la tierra,

ni sus brazos fuertes les dieron la victoria.

Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte

y la luz cegadora de tu rostro que los ayudaron,

porque los amabas.

4Tú eres mi Rey y mi Dios;

tú decretas las victorias de Israel.*44:4 En hebreo de Jacob. Los nombres «Jacob» e «Israel» a menudo son intercambiables en el Antiguo Testamento. Algunas veces hacen referencia al patriarca como individuo y otras veces a la nación.

5Solo con tu poder hacemos retroceder a nuestros enemigos;

solo en tu nombre podemos pisotear a nuestros adversarios.

6No confío en mi arco

ni dependo de que mi espada me salve.

7Tú eres el que nos da la victoria sobre nuestros enemigos;

avergüenzas a los que nos odian.

8Oh Dios, todo el día te damos gloria

y alabamos tu nombre constantemente.

Interludio

9Pero ahora nos hiciste a un lado en deshonra;

ya no estás al frente de nuestros ejércitos en batalla.

10Nos haces huir en retirada de nuestros enemigos

y dejas que los que nos odian saqueen nuestra tierra.

11Nos descuartizaste como a ovejas,

y nos esparciste entre las naciones.

12Vendiste a tu precioso pueblo por una miseria

y no ganaste nada con la venta.

13Permites que nuestros vecinos se burlen de nosotros;

somos objeto de desprecio y desdén de quienes nos rodean.

14Nos has hecho el blanco de sus bromas;

menean la cabeza ante nosotros en señal de desprecio.

15No podemos escapar de la constante humillación;

tenemos la vergüenza dibujada en el rostro.

16Lo único que oímos son los insultos de los burlones;

lo único que vemos es a nuestros enemigos vengativos.

17Todo esto ocurrió aunque nunca te hemos olvidado

ni desobedecimos tu pacto.

18Nuestro corazón no te abandonó

ni nos hemos extraviado de tu camino.

19Sin embargo, nos aplastaste en el desierto, donde vive el chacal;

nos cubriste de oscuridad y muerte.

20Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios

o hubiéramos extendido las manos en oración a dioses ajenos,

21con toda seguridad Dios lo habría sabido,

porque conoce los secretos de cada corazón.

22Pero por tu causa, nos matan cada día;

nos tratan como a ovejas en el matadero.

23¡Despierta, oh Señor! ¿Por qué duermes?

¡Levántate! No nos rechaces para siempre.

24¿Por qué miras para otro lado?

¿Por qué pasas por alto nuestro sufrimiento y opresión?

25Nos desplomamos en el polvo;

quedamos boca abajo en la mugre.

26¡Levántate! ¡Ayúdanos!

Rescátanos a causa de tu amor inagotable.

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