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Salmos 119:1-176, NTV

Salmo 119*119 Este salmo es un poema acróstico hebreo; hay 22 estrofas, una para cada letra del alfabeto hebreo en forma consecutiva. Cada uno de los 8 versos de cada estrofa comienza con la letra hebrea que se menciona en el encabezamiento.

Álef

1Felices son los íntegros,

los que siguen las enseñanzas del Señor.

2Felices son los que obedecen sus leyes

y lo buscan con todo el corazón.

3No negocian con el mal

y andan solo en los caminos del Señor.

4Nos has ordenado

que cumplamos cuidadosamente tus mandamientos.

5¡Oh, cuánto deseo que mis acciones

sean un vivo reflejo de tus decretos!

6Entonces no tendré vergüenza

cuando compare mi vida con tus mandatos.

7A medida que aprendo tus justas ordenanzas,

te daré las gracias viviendo como debo hacerlo.

8Obedeceré tus decretos;

¡por favor, no te des por vencido conmigo!

Bet

9¿Cómo puede un joven mantenerse puro?

Obedeciendo tu palabra.

10Me esforcé tanto por encontrarte;

no permitas que me aleje de tus mandatos.

11He guardado tu palabra en mi corazón,

para no pecar contra ti.

12Te alabo, oh Señor;

enséñame tus decretos.

13Recité en voz alta

todas las ordenanzas que nos has dado.

14Me alegré en tus leyes

tanto como en las riquezas.

15Estudiaré tus mandamientos

y reflexionaré sobre tus caminos.

16Me deleitaré en tus decretos

y no olvidaré tu palabra.

Guímel

17Sé bueno con este siervo tuyo,

para que viva y obedezca tu palabra.

18Abre mis ojos, para que vea

las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas.

19No soy más que un extranjero en la tierra.

¡No escondas de mí tus mandatos!

20Siempre me conmueve

el deseo de conocer tus ordenanzas.

21Tú reprendes al arrogante;

los que se alejan de tus mandatos son malditos.

22No permitas que se burlen de mí y me insulten,

pues he obedecido tus leyes.

23Hasta los príncipes se sientan y hablan contra mí,

pero yo meditaré en tus decretos.

24Tus leyes me agradan;

me dan sabios consejos.

Dálet

25Estoy tirado en el polvo;

revíveme con tu palabra.

26Te conté mis planes y me respondiste.

Ahora, enséñame tus decretos.

27Ayúdame a comprender el significado de tus mandamientos,

y meditaré en tus maravillosas obras.

28Lloro con tristeza;

aliéntame con tu palabra.

29Líbrame de mentirme a mí mismo;

dame el privilegio de conocer tus enseñanzas.

30He optado por ser fiel;

estoy decidido a vivir de acuerdo con tus ordenanzas.

31Me aferro a tus leyes.

Señor, ¡no dejes que pase vergüenza!

32Perseguiré tus mandatos,

porque tú aumentas mi comprensión.

He

33Enséñame tus decretos, oh Señor;

los cumpliré hasta el fin.

34Dame entendimiento y obedeceré tus enseñanzas;

las pondré en práctica con todo mi corazón.

35Hazme andar por el camino de tus mandatos,

porque allí es donde encuentro mi felicidad.

36Dame entusiasmo por tus leyes

en lugar de amor por el dinero.

37Aparta mis ojos de cosas inútiles

y dame vida mediante tu palabra.*119:37 Algunos manuscritos dicen en tus caminos.

38Confirma a tu siervo tu promesa,

la promesa que hiciste a los que te temen.

39Ayúdame a abandonar mis caminos vergonzosos,

porque tus ordenanzas son buenas.

40¡Anhelo obedecer tus mandamientos!

Renueva mi vida con tu bondad.

Vav

41Señor, concédeme tu amor inagotable,

la salvación que me prometiste.

42Entonces podré responder a los que se burlan de mí,

porque confío en tu palabra.

43No arrebates de mí tu palabra de verdad,

pues tus ordenanzas son mi única esperanza.

44Seguiré obedeciendo tus enseñanzas

por siempre y para siempre.

45Caminaré en libertad,

porque me he dedicado a tus mandamientos.

46A los reyes les hablaré de tu ley,

y no me avergonzaré.

47¡Cuánto me deleito en tus mandatos!

¡Cómo los amo!

48Honro y amo tus mandatos;

en tus decretos medito.

Zayin

49Recuerda la promesa que me hiciste;

es mi única esperanza.

50Tu promesa renueva mis fuerzas;

me consuela en todas mis dificultades.

51Los orgullosos me tratan con un desprecio total,

pero yo no me aparto de tus enseñanzas.

52Medito en tus antiguas ordenanzas;

oh Señor, ellas me consuelan.

53Me pongo furioso con los perversos,

porque rechazan tus enseñanzas.

54Tus decretos han sido el tema de mis canciones

en todos los lugares donde he vivido.

55De noche reflexiono sobre quién eres, Señor;

por lo tanto, obedezco tus enseñanzas.

56Así paso mis días:

obedeciendo tus mandamientos.

Jet

57¡Señor, eres mío!

¡Prometo obedecer tus palabras!

58Deseo tus bendiciones con todo el corazón;

ten misericordia, como lo prometiste.

59Consideré el rumbo de mi vida

y decidí volver a tus leyes.

60Me apresuraré sin demora

a obedecer tus mandatos.

61Gente malvada trata de arrastrarme al pecado,

pero estoy firmemente anclado a tus enseñanzas.

62Me levanto a medianoche para agradecerte

por tus justas ordenanzas.

63Soy amigo de todo el que te teme,

de todo el que obedece tus mandamientos.

64Oh Señor, tu amor inagotable llena la tierra;

enséñame tus decretos.

Tet

65Señor, has hecho muchas cosas buenas a mi favor

tal como lo prometiste.

66Creo en tus mandatos;

ahora enséñame el buen juicio y dame conocimiento.

67Yo solía desviarme, hasta que me disciplinaste;

pero ahora sigo de cerca tu palabra.

68Tú eres bueno y haces únicamente el bien;

enséñame tus decretos.

69Los arrogantes me difaman con mentiras,

pero la verdad es que obedezco tus mandamientos con todo el corazón.

70El corazón de ellos es torpe y necio;

yo, en cambio, me deleito en tus enseñanzas.

71El sufrimiento me hizo bien,

porque me enseñó a prestar atención a tus decretos.

72Tus enseñanzas son más valiosas para mí

que millones en oro y plata.

Yod

73Tú me hiciste; me creaste.

Ahora dame la sensatez de seguir tus mandatos.

74Que todos los que te temen encuentren en mí un motivo de alegría,

porque he puesto mi esperanza en tu palabra.

75Señor, sé que tus ordenanzas son justas;

me disciplinaste porque lo necesitaba.

76Ahora deja que tu amor inagotable me consuele,

tal como le prometiste a este siervo tuyo.

77Rodéame con tus tiernas misericordias para que viva,

porque tus enseñanzas son mi deleite.

78Trae deshonra sobre los arrogantes que mintieron sobre mí;

mientras tanto, me concentraré en tus mandamientos.

79Permite que esté unido a todos los que te temen,

los que conocen tus leyes.

80Que sea intachable en guardar tus decretos;

entonces nunca seré avergonzado.

Caf

81Estoy agotado de tanto esperar a que me rescates,

pero he puesto mi esperanza en tu palabra.

82Mis ojos se esfuerzan por ver cumplidas tus promesas;

¿cuándo me consolarás?

83Estoy arrugado como un odre ahumado,

pero no me olvidé de obedecer tus decretos.

84¿Hasta cuándo tendré que esperar?

¿Cuándo castigarás a los que me persiguen?

85Estos arrogantes que odian tus enseñanzas

cavaron hoyos profundos para atraparme.

86Todos tus mandatos son confiables.

Protégeme de aquellos que me persiguen sin causa.

87Casi acaban conmigo,

pero me negué a abandonar tus mandamientos.

88En tu amor inagotable, perdona mi vida;

entonces podré continuar obedeciendo tus leyes.

Lámed

89Tu eterna palabra, oh Señor,

se mantiene firme en el cielo.

90Tu fidelidad se extiende a cada generación,

y perdura igual que la tierra que creaste.

91Tus ordenanzas siguen siendo verdad hasta el día de hoy,

porque todo está al servicio de tus planes.

92Si tus enseñanzas no me hubieran sostenido con alegría,

ya habría muerto en mi sufrimiento.

93Jamás olvidaré tus mandamientos,

pues por medio de ellos me diste vida.

94Soy tuyo, ¡rescátame!,

porque me he esforzado mucho en obedecer tus mandamientos.

95Aunque los malvados se escondan por el camino para matarme,

con calma, mantendré mi mente puesta en tus leyes.

96Aun la perfección tiene sus límites,

pero tus mandatos no tienen límite.

Mem

97¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas!

Pienso en ellas todo el día.

98Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos,

pues me guían constantemente.

99Así es, tengo mejor percepción que mis maestros,

porque siempre pienso en tus leyes.

100Hasta soy más sabio que los ancianos,

porque he obedecido tus mandamientos.

101Me negué a andar por cualquier mal camino,

a fin de permanecer obediente a tu palabra.

102No me he apartado de tus ordenanzas,

porque me has enseñado bien.

103¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras!

Son más dulces que la miel.

104Tus mandamientos me dan entendimiento;

¡con razón detesto cada camino falso de la vida!

Nun

105Tu palabra es una lámpara que guía mis pies

y una luz para mi camino.

106Lo prometí una vez y volveré a prometerlo:

obedeceré tus justas ordenanzas.

107He sufrido mucho, oh Señor;

restaura mi vida, como lo prometiste.

108Señor, acepta mi ofrenda de alabanza

y enséñame tus ordenanzas.

109Mi vida pende de un hilo constantemente,

pero no dejaré de obedecer tus enseñanzas.

110Los malvados me han tendido sus trampas,

pero no me apartaré de tus mandamientos.

111Tus leyes son mi tesoro;

son el deleite de mi corazón.

112Estoy decidido a obedecer tus decretos

hasta el final.

Sámej

113Detesto a los que tienen divididas sus lealtades,

pero amo tus enseñanzas.

114Tú eres mi refugio y mi escudo;

tu palabra es la fuente de mi esperanza.

115Lárguense de mi vida, ustedes los de mente malvada,

porque tengo la intención de obedecer los mandatos de mi Dios.

116¡Señor, sostenme como prometiste para que viva!

No permitas que se aplaste mi esperanza.

117Sostenme y seré rescatado;

entonces meditaré continuamente en tus decretos.

118Pero has rechazado a todos los que se apartan de tus decretos,

quienes no hacen más que engañarse a sí mismos.

119Desechas a los perversos de la tierra como si fueran desperdicios;

¡con razón me encanta obedecer tus leyes!

120Me estremezco por mi temor a ti;

quedo en temor reverente ante tus ordenanzas.

Ayin

121No me dejes a merced de mis enemigos,

porque he hecho lo que es correcto y justo.

122Te ruego que me des seguridad de una bendición.

¡No permitas que los arrogantes me opriman!

123Mis ojos se esfuerzan por ver tu rescate,

por ver la verdad de tu promesa cumplida.

124Soy tu siervo; trátame con tu amor inagotable

y enséñame tus decretos.

125Da discernimiento a este siervo tuyo;

entonces comprenderé tus leyes.

126Señor, es tiempo de que actúes,

porque esta gente malvada ha desobedecido tus enseñanzas.

127De verdad, amo tus mandatos

más que el oro, incluso que el oro más fino.

128Cada uno de tus mandamientos es recto;

por eso detesto todo camino falso.

Pe

129Tus leyes son maravillosas.

¡Con razón las obedezco!

130La enseñanza de tu palabra da luz,

de modo que hasta los simples pueden entender.

131Abro la boca y jadeo

anhelando tus mandatos.

132Ven y muéstrame tu misericordia,

como lo haces con todos los que aman tu nombre.

133Guía mis pasos conforme a tu palabra,

para que no me domine el mal.

134Rescátame de la opresión de la gente malvada,

entonces podré obedecer tus mandamientos.

135Mírame con amor;

enséñame tus decretos.

136Torrentes de lágrimas brotan de mis ojos,

porque la gente desobedece tus enseñanzas.

Tsade

137Oh Señor, tú eres recto,

y tus ordenanzas son justas.

138Tus leyes son perfectas

y absolutamente confiables.

139La indignación me agobia,

porque mis enemigos despreciaron tus palabras.

140Tus promesas fueron sometidas a una prueba rigurosa;

por eso las amo tanto.

141Soy insignificante y despreciado,

pero no olvido tus mandamientos.

142Tu justicia es eterna,

y tus enseñanzas son totalmente ciertas.

143Cuando la presión y el estrés se me vienen encima,

yo encuentro alegría en tus mandatos.

144Tus leyes siempre tienen razón;

ayúdame a entenderlas para poder vivir.

Cof

145Oro con todo el corazón; ¡respóndeme, Señor!

Obedeceré tus decretos.

146A ti clamo; rescátame

para que pueda obedecer tus leyes.

147Me levanto temprano, antes de que salga el sol;

clamo en busca de ayuda y pongo mi esperanza en tus palabras.

148Me quedo despierto durante toda la noche,

pensando en tu promesa.

149Oh Señor, en tu fiel amor oye mi clamor;

que el seguir tus ordenanzas me reanime.

150Los que no respetan la ley vienen a atacarme;

viven alejados de tus enseñanzas.

151Pero tú estás cerca, oh Señor,

y todos tus mandatos son ciertos.

152Desde los primeros días

sé que tus leyes durarán para siempre.

Resh

153Mira mi sufrimiento y rescátame,

porque no me he olvidado de tus enseñanzas.

154¡Defiende mi caso; ponte de mi lado!

Protege mi vida como lo prometiste.

155Los perversos están lejos de ser rescatados,

porque no se interesan en tus decretos.

156Señor, qué grande es tu misericordia;

que el seguir tus ordenanzas me reanime.

157Muchos me persiguen y me molestan,

sin embargo, no me he desviado de tus leyes.

158Ver a esos traidores me enferma el corazón,

porque no les importa nada tu palabra.

159Mira cómo amo tus mandamientos, Señor.

Por tu amor inagotable, devuélveme la vida.

160La esencia misma de tus palabras es verdad;

tus justas ordenanzas permanecerán para siempre.

Shin

161Gente poderosa me acosa sin razón,

pero mi corazón tiembla únicamente ante tu palabra.

162Me alegro en tu palabra

como alguien que descubre un gran tesoro.

163Odio y detesto toda falsedad,

pero amo tus enseñanzas.

164Te alabaré siete veces al día

porque todas tus ordenanzas son justas.

165Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz

y no tropiezan.

166Anhelo que me rescates, Señor,

por eso, he obedecido tus mandatos.

167Obedecí tus leyes,

porque las amo mucho.

168Así es, obedezco tus leyes y tus mandamientos

porque tú sabes todo lo que hago.

Tau

169Oh Señor, escucha mi clamor;

dame la capacidad de discernir que me prometiste.

170Escucha mi oración;

rescátame como lo prometiste.

171Que la alabanza fluya de mis labios,

porque me has enseñado tus decretos.

172Que mi lengua cante de tu palabra,

porque todos tus mandatos son correctos.

173Tiéndeme una mano de ayuda,

porque opté por seguir tus mandamientos.

174Oh Señor, he anhelado que me rescates,

y tus enseñanzas son mi deleite.

175Déjame vivir para que pueda alabarte,

y que tus ordenanzas me ayuden.

176He andado descarriado como una oveja perdida;

ven a buscarme,

porque no me he olvidado de tus mandatos.

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