1Jesús también les contó otras parábolas. Dijo:
4»Entonces envió a otros sirvientes a decirles: “La fiesta está preparada. Se han matado los toros y las reses engordadas, y todo está listo. ¡Vengan al banquete!”.
7»El rey se puso furioso, y envió a su ejército para destruir a los asesinos y quemar su ciudad.
11»Cuando el rey entró para recibir a los invitados, notó que había un hombre que no estaba vestido apropiadamente para una boda.
14»Pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».
15Entonces los fariseos se juntaron para tramar cómo hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado.
—Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Enseñas con verdad el camino de Dios. Eres imparcial y no tienes favoritismos.
18Pero Jesús conocía sus malas intenciones.
—¡Hipócritas! —dijo—. ¿Por qué intentan atraparme?
Cuando le entregaron una moneda romana,*22:19 En griego un denario.
—¿A quién pertenecen la imagen y el título grabados en la moneda?
21—Al César —contestaron.
—Bien —dijo—, entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.
22Su respuesta los dejó asombrados, y se marcharon.
23Ese mismo día, se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte. Le plantearon la siguiente pregunta:
24—Maestro, Moisés dijo: “Si un hombre muere sin haber tenido hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe”*22:24 Dt 25:5-6..
29Jesús contestó:
—El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios.
31»Ahora bien, en cuanto a si habrá una resurrección de los muertos, ¿nunca han leído acerca de esto en las Escrituras? Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieran, Dios dijo:*22:31 En griego ¿nunca han leído acerca de esto? Dios dijo.
33Cuando las multitudes lo escucharon, quedaron atónitas ante su enseñanza.
34En cuanto los fariseos oyeron que había silenciado a los saduceos con esa respuesta, se juntaron para interrogarlo nuevamente.
36—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante en la ley de Moisés?
37Jesús contestó:
—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”*22:37 Dt 6:5..
41Entonces, rodeado por los fariseos, Jesús les hizo una pregunta:
42—¿Qué piensan del Mesías? ¿De quién es hijo?
Ellos contestaron:
—Es hijo de David.
43Jesús les respondió:
—Entonces, ¿por qué David, mientras hablaba bajo la inspiración del Espíritu, llama al Mesías “mi Señor”? Pues David dijo:
44“El Señor le dijo a mi Señor:
‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies’”*22:44 Sal 110:1..
45Si David llamó al Mesías “mi Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?
46Nadie pudo responderle, y a partir de entonces, ninguno se atrevió a hacerle más preguntas.