1Así que, amados hermanos, ustedes que pertenecen a Dios y*3:1a En griego Así que, hermanos santos quienes. tienen parte con los que han sido llamados al cielo, consideren detenidamente a este Jesús a quien declaramos mensajero*3:1b En griego apóstol. de Dios y Sumo Sacerdote.
3Pero Jesús merece mucha más gloria que Moisés, así como el que construye una casa merece más elogio que la casa misma.
5En verdad Moisés fue fiel como siervo en la casa de Dios. Su trabajo fue una ilustración de las verdades que Dios daría a conocer tiempo después;
7Por eso el Espíritu Santo dice:
«Cuando oigan hoy su voz,
8no endurezcan el corazón
como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron,
aquel día que me pusieron a prueba en el desierto.
9Allí sus antepasados me tentaron y pusieron a prueba mi paciencia
a pesar de haber visto mis milagros durante cuarenta años.
10Por eso, estuve enojado con ellos y dije:
“Su corazón siempre se aleja de mí.
Rehúsan hacer lo que les digo”.
11Así que en mi enojo juré:
“Ellos nunca entrarán en mi lugar de descanso”»*3:7-11 Sal 95:7-11..
12Por lo tanto, amados hermanos, ¡cuidado! Asegúrense de que ninguno de ustedes tenga un corazón maligno e incrédulo que los aleje del Dios vivo.
«Cuando oigan hoy su voz,
no endurezcan el corazón
como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron»*3:15 Sal 95:7-8..
16¿Y quiénes fueron los que se rebelaron contra Dios a pesar de haber oído su voz? ¿No fue acaso el pueblo que salió de Egipto guiado por Moisés?