Génesis 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50
1El Señor se le apareció otra vez a Abraham cerca del robledo que pertenecía a Mamre. Un día, Abraham estaba sentado en la entrada de su carpa a la hora más calurosa del día.
3—Mi señor —dijo él—, si le agrada, deténgase aquí un rato.
—Está bien —dijeron ellos—. Haz lo que dijiste.
6Entonces Abraham volvió corriendo a la carpa y le dijo a Sara: «¡Apresúrate! Toma tres medidas abundantes*18:6 En hebreo 3 seahs, unos 22 litros o 20 cuartos. de la mejor harina que tengas, amásala y hornea pan».
9—¿Dónde está Sara, tu esposa? —preguntaron los visitantes.
—Está dentro de la carpa —contestó Abraham.
10Entonces uno de ellos dijo:
—Yo volveré a verte dentro de un año, ¡y tu esposa, Sara, tendrá un hijo!
Sara escuchaba la conversación desde la carpa.
13Entonces el Señor le dijo a Abraham:
—¿Por qué se rio Sara y dijo: “¿Acaso puede una mujer vieja como yo tener un bebé?”?
15Sara tuvo miedo, por eso lo negó:
—Yo no me reí.
Pero el Señor dijo:
—No es cierto, sí te reíste.
16Después de haber comido, los hombres se levantaron y miraron hacia Sodoma. Cuando salieron, Abraham caminó un tramo con ellos para despedirlos.
17«¿Ocultaré mis planes a Abraham? —preguntó el Señor—.
20Así que el Señor le dijo a Abraham:
—He oído un gran clamor desde Sodoma y Gomorra, porque su pecado es muy grave.
22Los otros hombres se dieron la vuelta y se dirigieron a Sodoma, pero el Señor se quedó con Abraham.
—¿Destruirás tanto al justo como al malvado?
26Y el Señor contestó:
—Si encuentro cincuenta personas justas en Sodoma, perdonaré a toda la ciudad por causa de ellos.
27Entonces Abraham volvió a hablar:
—Ya que he comenzado, permíteme decir algo más a mi Señor, aunque no soy más que polvo y cenizas.
El Señor le dijo:
—No la destruiré si encuentro cuarenta y cinco justos allí.
29Entonces Abraham insistió en su petición:
—¿Supongamos que hubiera solamente cuarenta?
El Señor le contestó:
—No la destruiré por causa de esos cuarenta.
30—Por favor, no te enojes, mi Señor —rogó Abraham—. Permíteme seguir hablando. ¿Supongamos que se encontraran solamente treinta justos?
El Señor le contestó:
—No la destruiré si encuentro treinta.
31Entonces Abraham dijo:
—Dado que me he atrevido a hablar al Señor, permíteme continuar. ¿Supongamos que hay solamente veinte?
El Señor le contestó:
—Entonces no la destruiré por causa de esos veinte.
32Finalmente, Abraham dijo:
—Señor, por favor, no te enojes conmigo si hablo una vez más. ¿Y si hubiera tan solo diez?
Y el Señor contestó:
—Entonces no la destruiré por causa de esos diez.
33Cuando el Señor terminó la conversación con Abraham, siguió su camino, y Abraham regresó a su carpa.